23 jul 2024

Sanar la Brecha en la Crianza: Un Camino hacia la Plenitud


Muchos de nosotros hemos crecido sin un ejemplo claro de un adulto funcional, alguien que se hace cargo de su vida y cuida de su hijo/a. Un adulto que, de manera asertiva pero con seguridad en sí mismo, toma decisiones y se hace responsable de los resultados. Es fundamental para un niño crecer en un entorno donde se sienta seguro, no juzgado, sino aceptado tal y como es. Una niña que crece en un entorno donde se le estimula, donde creen en ella y en todo su potencial; un entorno donde es seguro hablar y te enseñan a gestionar tus emociones. Esto crea una base sólida para un desarrollo saludable. 

La brecha en la crianza es el espacio entre lo que un niño necesita de sus padres y lo que realmente recibe. Esta diferencia puede crear adultos que sufren, que no saben gestionar sus emociones. Adultos que carecen de autoestima, porque en muchas ocasiones durante su infancia fueron ridiculizados y menospreciados. Adultos que sufren de ansiedad, porque en su infancia no se sintieron seguros y hoy encuentran que la vida puede ser una amenaza; y adultos que sufren de depresión, porque el miedo y la inseguridad les ha hecho conformarse con la vida y se sienten vacíos, con falta de realización.

Los niños son pura inocencia. Si les dices que los Reyes Magos, Santa Claus o el Niño Jesús les traerán regalos, te van a creer. Pero, de la misma manera, si les dices que no valen nada, también te van a creer. Tú posiblemente creíste a tus padres. Quizás desde pequeño/a no tuviste otra opción que hacer de "madre/padre" para ti mismo, y eso se traduce en problemas actuales en tus relaciones personales, profesionales y en otras áreas fundamentales de tu vida. 

Sin embargo, es hora de dejar de culpar a tus padres, ellos te trataron como sus padres les trataron a ellos. No sabían hacerlo de otra manera y no pudieron enseñarte o darte lo que ellos no sabían o poseían. Ahora, como adulto funcional, es tu responsabilidad tomar las riendas de tu vida y hacer algo para cambiar tus circunstancias y las de tu prole.

Aquí tienes una lista de aportaciones que es hora que aprendas a darte a ti mismo, y de la misma manera, a dárselas a tus hijos también:

1. **Amor incondicional, compasión y paciencia.** Los que hemos crecido en familias disfuncionales tendemos a ser duros con nosotros mismos, a tener una gran inseguridad que escondemos como podemos. Sin embargo, es hora de empezar a quererte, a perdonarte y a dejar de exigirte más de lo que puedes dar. Este aprendizaje es largo y requiere de paciencia y autocompasión. Muestra tu amor incondicional a tus hijos.

2. **Procura tu seguridad.** Esto va muy ligado a la seguridad en ti mismo. Cuando crees en ti, sabes que encontrarás la salida a cualquier contratiempo que surja, por muy difícil que pueda parecer. Haz sentir seguro a tu hijo/a.

3. **Procúrate aquello que es bueno para ti.** Los que hemos crecido en familias disfuncionales tendemos a adaptarnos a las preferencias de otros por miedo al rechazo. Procúrate aquello que realmente es bueno para ti. De la misma manera, debes estar ahí para tus hijos. Tú eres su recurso más preciado en la vida.

4. **Aprende a gestionar tus emociones.** En este proceso quizás necesites la ayuda de un profesional. Aprende a poner nombre a tus emociones y a manejarlas, evitando emociones descontroladas que no llevan a ningún puerto. Aprende a manejar los problemas con serenidad, escucha activa y empatía. Ayuda a tu hija a gestionar sus emociones y sé un ejemplo a seguir para ella.

5. **Procúrate una vida tranquila, que reafirme tu forma de ser.** Crea esta vida para tu hijo también.

6. **Sé afectuoso contigo mismo, cuídate.** De la misma manera, sé afectuosa con tu hija y hazle sentir tranquila y reafirmada en su persona.

7. **Acepta tus sentimientos y acéptate a ti mismo tal y como eres.** Trabaja el valorarte a ti mismo, reconoce tus emociones. Reconoce las emociones de tu hijo, ayúdale a entender que está bien sentirse de una determinada manera. Hazle sentir comprendido y apoyado.

8. **Celebra y reconoce tus logros y celebra los logros de tus hijos también.** No te compares con nadie; sus circunstancias son diferentes a las tuyas. Solo trabaja por ser una mejor versión de ti cada día.

9. **Aprende, prueba cosas nuevas.** Date ánimos, descansa cuando lo necesites, reconoce tus límites pero trabaja para sobrepasarlos. Sé paciente contigo mismo. Estimula y anima a tus hijos de la misma manera.

10. **Pon límites a otros.** Expresa quién eres y deja saber a los demás los requisitos para tratar contigo. Respeta los límites de tus hijos. Respétate a ti mismo y a tu prole.

La brecha en la crianza puede crear adultos que viven la vida basados en un cúmulo de emociones abrumadoras que no les permite ver la realidad de manera clara y reafirmante. Sin embargo, cuando aprendes a gestionar tus emociones, aprendes a ver la vida de una forma más positiva para ti. El objetivo es resolver aquello que de manera inconsciente te limita en la vida, y te crea miedos e inseguridades. Aquello que proyectas hacia afuera e interfiere en tu vida, de manera inconsciente. Cuando sanas tu brecha en la crianza, aprendes a amar y aceptar a tu ser más auténtico.

¡Que tengas una maravillosa vida!💗

Este blog se fundamenta en mis experiencias personales y en cómo mi infancia ha influido en mi vida, así como en mi actual búsqueda de crecimiento personal. Aunque este contenido puede equipararse al de un profesional de la salud mental, es importante tener en cuenta que no soy uno. Si crees que estás enfrentando problemas mentales o emocionales, te recomiendo encarecidamente que busques ayuda profesional. Personalmente, cuento con una terapeuta excepcional que me brinda un gran apoyo en este proceso que comparto contigo.
Este blog es una exposición de mis percepciones y opiniones personales; por lo tanto, no tiene la intención de brindar ningún tipo de tratamiento o terapia.

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